...ME LO CONTO UNA MAQUINA

Yo escuché su voz cuando dormia. Luego desperte asustado. Mostré mis ojos hinchados al espejo y su voz volvió a sorprenderme. Como un bit, como un pulso. Un megabyte de datos asaltaba por segundo los espacios. La intranet motivo mis instintos y el pendrive que dispuse resultó escaso por su poca capacidad de almacenamiento.
Mis perifericos desmentian la información y seguían recibiendo datos que el bus rebosaba en el world wide web cuando Berners Lee me llamó para confirmar el evento en que las particulas estaban aceleradas.
Mientras, la abuela Arpanet me dejaba un recado en el disco duro que luego mutó en memoria flash.
Ya no sabia que hacer. La banda ancha me mostro el atardecer cuando la hinchazon disminuida me permitio captar la realidad pixelada de un archivo comprimido...continuará

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